
Curso de Habilidades Directivas
El abecé del liderazgo
El concepto de habilidad proviene de cierta visión del mundo de la empresa que supera el innatismo (el directivo nace, no se hace), y que se centra en el concepto aristotélico de hábito. Así, si la persona cultiva el hábito de una virtud, esa virtud poco a poco y por medio del hábito, irá conformándose como un modus operandi del individuo hasta desterrar los “malos hábitos” de su vida y de su acción. Por eso, una habilidad directiva se puede aprender.
Los objetivos del CHD son los siguientes:
- Conocer las habilidades directivas más habituales.
- Comprender los mecanismos que influyen en el comportamiento directivo.
- Despertar la sensibilidad por desarrollar habilidades que mejoren a las personas en las organizaciones y fuera de estas.
- Conocer las estrategias de gestión de conflictos en una organización de cualquier tipo.
Un curso de Habilidades Directivas está recomendado a directivos y responsables de departamento, empresarios, gestores, líderes sindicales, sociales, políticos, que, a lo largo de la jornada, se enfrentan a problemas derivados de la comunicación con sus colaboradores, y desean mejorar, mediante técnicas sencillas, sus resultados personales y la satisfacción de sus equipos.
Número de plazas máximas por curso: 25.
La habilidad directiva exige ponerla en práctica. Así, el trabajo en equipo y las dinámicas que desde EBS utilizamos proporcionan al participante un campo de pruebas, lejos del día a día de la organización, para mejorar dichas habilidades.

El CHD incorpora -en el módulo de negociación- el juego Afghani™, elaborado por la Escuela, y que supone la puesta en práctica de, al menos, cinco de las habilidades estudiadas en el Curso y relacionadas con la toma de decisiones.
Testimonios
Hoy en día son tan abundantes los libros, conferencias o cursos de formación para directivos que cada vez que inicio alguno de ellos me aborda el temor de que sea una actividad infructuosa. Esta vez no. Esta vez acerté y –me consta- acertaron mis compañeros.
El curso impartido por EBS ha sido diferente, como formación y como vivencia personal. Como formación, porque estamos hablando de profesorado del más alto nivel que vierte un enorme caudal de conocimiento y experiencia y nos enseña, entre otras cosas, a sacar partido de los recursos que todos poseemos y nos dota de otros nuevos, todo ellos –ésta es la clave- aplicables al mundo real. Como vivencia personal, porque nos sentimos partícipes de una actividad personal y profesional altamente gratificante; aderezada con discursos, debates, simulacros, negociaciones y momentos puntuales en los que siempre se aprende algo. A todo ello hay que añadir otros factores que hacen de la experiencia EBS un ejercicio apasionante: los compañeros, los contactos, las diferentes formas de solucionar el mismo problema, las distintas vertientes y sensibilidades del mundo directivo.
El gran Albert Einstein dijo una vez que no podemos pretender que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo.
Este curso marca un camino diferente que merece la pena seguir para cambiar, adaptarse y mejorar
Después de tantos años al frente de una empresa, en un sector donde el cliente obliga a ofrecer siempre lo mejor, uno relaja su aprendizaje. Es cierto que todos los días se aprende algo nuevo, o se entiende mejor aquello que te decía tu padre y no tenía demasiado sentido. Pero profesionalmente hablando, actividades como la realizada en Plasencia son imprescindibles para que la clase empresarial de Extremadura siga mejorando.
Siempre hay que mejorar. A veces lo olvidamos. Quizás por saturación, y que siga así, de trabajo. Quizás por esa pequeña soberbia que a veces nos inunda a todos y hace que pensemos que estamos mú curtíos y no nos queda nada por aprender. Quizás porque siempre hay un momento donde se nos olvida lo básico: tener nuevas i-de-as. O quizás, simplemente, porque la vida no sólo es trabajo. Sea cual sea la causa principal, los cursos extraescolares facilitan la formación profesional y, directamente, aseguran la calidad y la vida de las empresas y empresarios extremeños.
Todos los asistentes hemos hecho un gran esfuerzo. Hemos abandonado nuestro trabajo durante tardes enteras, sabedores de la importancia de nuestra formación. Invertir en formación es invertir en futuro, y por eso todos hemos apostado muy fuerte por exprimir lecciones magistrales donde la teoría y la experiencia se han fusionado.
Desde el primer día, a cargo del profesor D. Francisco Delgado (que disertó maravillosamente sobre las técnicas de venta), hasta el último, el curso ha permitido estar cerca de grandísimos profesionales en la materia. A Luis Puchol, experto en el arte de la negociación; a Enrique Salas, y su ponencia sobre liderazgo; al profesor Guillermo Sánchez y sus técnicas persuasivas. A Chema San Segundo y sus métodos para generar nuevas ideas y a Antonio Núñez, por enseñarnos a resolver los conflictos que siempre aparecen en el día a día.
Gracias a todos ellos por compartir parte de sus vidas con todos nosotros.
Las empresas, si quieren sobrevivir, tienen que renovarse. El hombre, si quiere superarse, debe reconocer que siempre está en una situación de ignorancia, ya que nunca se para de aprender en esta vida. Espero que éste sea sólo el comienzo de una continua apuesta por la formación empresarial, promoviendo experiencias tan gratificantes como la aquí descrita.
Empresas y organizaciones colaboradoras en nuestros programas
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